“Tiene dependencia emocional”, una de las frases más gratuitas, vacías y patologizantes de moda.
¿Qué es la “dependencia emocional”?
En su más sentido estricto es que tu estabilidad emocional y bienestar depende en parte de la relación que tengas con otra persona (la mayoría de las veces la pareja). Y bien, ¿eso es malo?, ¿Es raro? La respuesta es: es inexorable tener dependencia emocional de nuestra pareja.
Si tu pareja va mal, te va a afectar. No vas a estar igual de bien que siempre, tu humor no va a ser el mismo y probablemente tengas ese malestar como música de fondo gran parte del tiempo.
Entonces, si la dependencia emocional es normal, ¿por qué está tan mal vista?
Vivimos en una sociedad que te presiona para estar feliz todo el tiempo, en el momento que no estás feliz y que hay algo que trastoca tu bienestar, se interpreta como patológico, se le pone una etiqueta e incluso te culpa por sentirte así.
En este caso, si tienes un problema con tu pareja, la sociedad en lugar de apoyar tu emoción y ayudarte a solucionar el problema o a tomar una decisión, lo que hace es lo siguiente:
Se interpreta ese malestar como patológico: “no deberías sentirte así”. Por cierto, no existen los “debos” a la hora de sentir.
Se le pone una etiqueta: Dependencia emocional o incluso “Trastorno de Personalidad Dependiente” (que en realidad no existe, simplemente es un rol que si hace feliz a las dos partes de la pareja, será una pareja totalmente funcional).
Se te culpa por ello con frases como: “tu felicidad debe depender de ti mism@”, “te afecta todo demasiado” o “ser feliz es una decisión”.
Como guinda del pastel, se busca una causa, que si puede ser algo que consideran que no funciona bien en ti, mejor todavía: “Tiene dependencia emocional por su baja autoestima”.
Como conclusión:
Deja de juzgar cómo debes sentirte y permítete sentirte así. Si hay algún problema en tu pareja soluciónalo o toma una decisión al respecto. El problema no es tu dependencia emocional, el problema es que la sociedad vea el encontrarse mal como algo patológico en una persona.
Nicolás García Domínguez. Psicólogo de Clínica Arroyo
